El otro Efraín Miranda (3), por Gonzalo Espino


Los otros dos soportes de la poesía de Vida será un tejido poético que descansa sobre la base de la presencia de los runas fuera de la comunidad, más exactamente en la ciudad y la otra, corresponde a un intenso lirismo que aventura la experiencia poética en torno a la vida del humana que lo plantea en términos universales La condición humana aparece con una palabra intensa y apela a la construcción de un simbolismo: "Ha sido trastocada nuestra posición símida". Me detendré en el primero y el segundo quedará solo enunciado.

El núcleo básico será la condición humana del indio. Los poemas en torno a los runas fuera de la comunidad propongo que se leen en una triple dinámica:
(1) desde las relaciones que la comunidad puede establecer con los demás desde la situación de marginados y olvidados: “Su sindicato estaba en huelga nacional / y solicitaban apoyo del campo / ¡Nunca había sucedido!" [...] "Si, el gobierno, les aumentan los haberes/ ¿aumentarán el salario a nuestras hijas 'servilletas', / niñeras, cocinera, lavandera o, / aumentarán el número de domésticas?". Asunto que poéticamente no olvida la condición de pobres, aunque si cuestiona el poema las relaciones que se establecen entre obrero-campesino, etc. La voz poética no olvida que también son pobres y viven la injusticia, por eso más adelante, aparecerán relaciones entre runas y pobres de la urbe.
(2) desde las noticias/habitus que con llegan los que fueron: "Mis hermanos se escaparon a la costa/ crecieron allí / regresan adultos" /... /"¿cómo nos está viendo?" (JJI).
(3) desde/y la experiencia de la ciudad como tal. En todos los casos, las imágenes están relacionadas al mito. No como memoria del migrante, categoría que tenemos que discutir desde la perspectiva andina, sobre la base de dos datos de la realidad, la comunidad se peleó y ha elaborado una idea y mito del progreso y en segundo lugar, quien sale a la ciudad no establece una relación estática con su lar, supone tránsitos y aprendizajes, que no romper con su propia tradición.

Uno de los poemas que sintetiza esta estrategia poética, por dramático, violento y paródico, es el poema FN. Se trata de una warmi en la ciudad, convertida en doméstica. Desde el comienzo, los versos son directos. Declara una situación las ofensas a condición de mujer y humana: "El patrón y su hijo me abusaron; / fui mujer de ambos; / no necesité partirme en dos / ellos lo hicieron". A partir de este enunciado poético, que adicionalmente esta marcado como voz femenina que habla de su situación de explotada, de mujer abusada, situación que llega a la desolación y abandono. La voz se vuelve dramática y la parodia resulta trágica: "Mi hijita crece sin apellidos; / podría ser nieta del patrón / o, también, hermana de su hijo… ". El poema, como hemos dicho asume una estructura dual: en la primera parte habla del pasado violento, ahora hablará del presente que aún mucho más violento y sin oportunidad, de allí que termine apelando al mito:

En el océano no hai rebaños de corvinas para pastear,
ni manadas de alcatraces para guardarlos en el canchón.

Nuestras ropas se han trocado en plumas;
mi hijita no tiene boca, tiene un pico;
mis brazos enfermos se despliegan como alas.
He de alzar el vuelo y mi hijita me ha de seguir…

Si la imagen andina vuelve no llega en el sentido de nostalgia ni apego, sino el sentido de quien ahora vive una situación extrema: abandonada y al borde la vida misma. Hay, claro está, una memoria de la condición runa de la warmi, pero también su deshumanización. De allí que se apele a la imagen de un ser alado: "He de alzar el vuelo y mi hijita me ha de seguir…" que nos recuerda al mito “Wackcha paloma”.


Epílogo

Vida será un poemario que trasgrede. Su vitalidad está cargada de enunciados que alcanzan lucidez pese al uso en varios poemas de un léxico científico. Pero lo que interesa más aquí es la estrategia poética, en la que se confunden las voces, y si se habla desde el mito: sol/tierra (PadreSol-MadreTierra) esta transita sobre la condición humana, como tendencia universalizadora, pero al mismo tiempo, se posesiona y habla desde su lugar de enunciación (andes collavinos). Se mira para hablar de la historia y de su situación de pobre, por ello se convierte en un denuncia, de la situación del indio en su relación con la ciudad y lo que le ocurre allí. A la modernización se la cuestiona por la superficialidad con que nos llega. Desde su primer libro, Muerte Cercana,Efraín Miranda sigue una línea de trabajo limpio, una poesía intensa, rítmica y al mismo tiempo observamos una ampliación del universo poético. No hay que olvidar a su primer poemario, como un poemario de la ciudad, pero allí no habla el indio cuya voz si la encontramos Choza (que se detuvo en la comunidad y su entorno), en Padre Sol. Vida será pues un libro vital.



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