Belli-Martos-Fabián, Doce sextinas peruanas, por Gonzalo Espino Relucé



José Carlos Mariátegui celebraba la defunción del soneto porque en la poesía de Martín Adán: “El soneto (que) no es ya soneto, sino su negación, su revés, su crítica, su renuncia.”, no era ya el ataque vanguardista desde fuera. Lo hacía desde dentro, con el “disparate puro”, con la sensibilidad vanguardista y con la palabra silente que invadía las estructuras retóricas tradicionales. Formas métricas de viejo ancestro: no repetición, sí innovación.


La llamada generación del 50 inscribió en su trayectoria poética, un asunto que aquí deseo relievar, el apego a la forma. Toda la poesía de los 50 tiene ese elemento que la caracteriza, sus actores estudian las formas, ejercitan el buen escribir, la magia del ritmo y dominan la métrica que aparece como elemento que cohesiona toda la producción poética de la gente del 50, aun en su versolibrismo.


Uno de ellos, el poeta Carlos German Belli, mantuvo ese fiel apego a las formas de ancestro hispano y de cuenta itálica. Si nos parece bronco, y añejo su lenguaje, esa misma lengua nos captura, nos alcanza, precisamente, porque es actual, vigente. Un maestro que introdujo las formas clásicas, el verso contado y en su forma más exquisita: la sextina. Maestro, entonces, que tiene en Marco Martos a uno de sus más finos lectores y aplicado artesano de la palabra. Le provocó esa forma de retorno a lo clásico –el soneto, el verso medido- como un ejercicio necesario para comunicarse en los tiempos dispares del ahora y lo hizo, luego, Julio Fabián, joven poeta que ha incursionado con éxito en esas formas matemáticas que es hacer versos que exigen contingencia y audacia al poeta. Los Belli, Martos y Fabián comparten esa pasión, nos referimos a la sextina.


Reunidos en una colección breve pero intensa, Doce sextinas peruanas, que hablan de la vida y la soledad, de la escritura y los sueños, del tiempo actual y los bordes de la existencia casi caótica, tiene en este libro a uno de las más logradas colecciones del artificio de la sextina en su remozada actualidad poética y uno de la mejor muestra de la poesía peruana. Asunto que adicionalmente nos recuerda, como a inicios del siglo XXI, los parricidios no se hacen necesarios: sí, más bien, la pertenencia a una tradición en la que se impone el diálogo inspirador y donde el encuentro se hace para seguir sacando el concho –y ritmo- de cada una de las palabras. Esto sería en buena cuenta la presencia de tres voces -generacionalmente distintas- que se reúnen en Doce sextinas peruanas.


Cada uno de los poetas se ha propuesto entregarnos en esa forma contenida de la palabra, en esa vieja invención de Arnaut Daniel, esa forma de repetir la última palabra de cada verso en seis estrofas y un envío para comunicar lo que quiere la voz poética, claro, en verso medido (endecasílabo). Y es una poesía del arte virtuoso, del exquisito artificio, en el sentido de una construcción poética que trasmite una sensibilidad que resulta moderna en una vieja forma que aparece lozana y vigente en estas tierras.


Las de Carlos Germán Belli son sin duda una sorpresiva y intensa celebración de la palabra, aun cuando se reproduzca textos ya publicados por el autor, muestra su vigencia moderna. Extraordinario e inaugural, como la Sextina del Uroboros < http://tallerdepoesiasm.blogspot.com/2011/08/carlos-german-belli-sextina-del.html>, imagen donde la poesía y sierpe se juntan, para recordarnos que la primera, ese de tiempos, y mundano, semeja al acto de comer (la poesía), para seguir siendo (poesía):
Y el orbe coronado por las voces
y no muerte mas sí redonda vida,
En el sentido de vivir la tradición, de digerirla la poesía, para ser, siempre poesía. Más adelante escribirá:
En la cola engullida cada siglo
y en la ronda infinita de las voces,
así la estrofa sexta, así la sierpe,
y en ambas palpitando cuánta vida,
hasta ser todo finalmente uno,
en cada caso gracias a la boca
he aquí la cola unida con la boca,


Tal la continuidad del raudo siglo


Escritura siempre, artificio, innovación. Y no importa las diferentes invasiones y trastornos que toque a la poesía, porque siempre, esta será -“Oh, hada Cibernética”- la poesía que es la vida.


Si la poesía de Belli, es apego a la tradición y renovación continua, la Marco Martos resulta un aventura musical, casi sinfónica, a pesar de las soledades que uno alcanza a leer en sus versos. Sí, loa a sus maestro; sí, loa a la tradición; aunque dicha y escrita desde el ahora, desde este tiempo desdichado, donde el poeta es libre. Difícil dejar de hablar de Vallejo sin prestarle palabra al propio Vallejo, pero he aquí lo nuevo, Santiago es el viejo Caronte de la nave, el divino ciego. La escritura transciende el homenaje, para hablarnos de la muerte, casi metafísica:
Nadie nos acompaña, sino ciego,
nadie comenta nada de lo más duro
a su fin natural: la misma muerte.
las sonrisas marcadas con el fuego
de lo inerte ya viven en el nunca.



Julio Fabián, cuya formación lo hizo en Ciencias Físicas, celebra y se aleja de sus propios maestros (Belli y Martos), para aprehender el mundo desde su especial sensibilidad. Vida-muerte, orden-caos, sentimiento-máquina, etc. transitan sus sextinas y sus contingencias, deslumbran por lo inusitado de sus construcciones: “más irracional sólo el fugaz viento” o “El mundo es éste lo demás es nada”, que alcanza en su poema Sextina de la máquina su máxima expresión:
Como queriendo controlar neuronas
se mueve el amor junto a la maquina
es el tiempo de códigos y dígitos,
de virus que se mutan y se extienden,
es la era donde apenas puede el viento
está sujeta a tierra y dura mente.

Que en el tornado, la voz del poeta cuestiona:

¿Dónde y cuándo se extienden viles dígitos?
¿puede la máquina sentir neuronas?
En tanto quiere el viento el ser la mente.


Tres poetas que hacen del Perú un país siempre innovador. La vieja sextina aparece renovada, horma que se la cubierto con la sensibilidad contemporánea, que alcanza la intensidad, pese a la contingencia del juego virtuoso de las palabras y metro impuesto. Celebramos las Doce sextinas peruanas de Carlos Germán Belli, de Marco Martos y Julio Fabián, como signo de innovación poética en medio de una tradición moderna que no deja de preguntarse sobre el fino oficio de la poesía.



Belli, Carlos; Martos, Marco (y) Julio Fabián.

Doce sextinas peruanas.

Lima: Academia Peruana de la Lengua, Paracaídas Ediciones, 2011.

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