Un huayno pícaro en Los ríos profundos de J. M. Arguedas por Gonzalo Espino Relucé

José María Arguedas en su producción narrativa apela al huayno y al harawi que ha escuchado en el sur del Perú y que sus personajes recrean o crean. Invaden la novela a modo de extensión de la alegría, como lacerante palabra desamor, como infinito dolor ante la muerte o como expresión de situaciones que se enfrenta el universo narrado. En Los ríos profundos (1958) nos encontramos con un huayno pícaro que exhibe la forma como en el imaginario popular percibe la presencia de las fuerzas del orden que verán luego. En ese contexto aparece el huayno “Soldaduchapa riflink’a”< http://gonzaloespino.blogspot.com/2011/10/soldaduchapa-riflinka-tomado-de-los.html> que es cantado y bailado en las afueras de Abancay, en la chicherías.

Esta canción es reconocida por el narrador como “un huayno cómico que yo conocía; pero la letra, improvisada por él en ese instante, era un insulto a los gendarmes y al salinero.” (:93). Si bien la omnisciencia del narrador no va más allá, podemos establecer algunas líneas referenciales con el autor, es decir, con el etnógrafo. Arguedas tiene un especial interés por lo que está ocurriendo con la música indígena. Ya no es solo la presencia de la iglesia sino del estado nación que aparece representada en la novela como el orden necesario.

Dicho reconocimiento nos permite estimar dos asuntos: el primero corresponde al noqanchispa takikuna, es decir, al cancionero runa, cantos que pertenece al acervo tradicional andino; y como tal, en segundo lugar, se trata de letras y patrones musicales que se reelaboran según la ocasión. En la novela se representa a un tipo de huayno que pertenece a la tradición y que se actualiza en la chichería. Pero, el huayno que se elige tiene una la singularidad de constituir un dicterio, un lacerante insulto. Lo que nos permite entrever cómo los runa insultan o hacen escarnio, asunto que va acompañado por una formalización de la quechua que identificamos como paralelismo discursivo.

Este huayno tiene una característica, su principio compositivo está en el paralelismo. Entiendo como paralelismo a la forma estructurante que organiza un campo semántico a partir de secuencia que se replican entre sí, por ello repetirá palabra, patrones o significaciones que se construyen a partir de un mismo campo semántico se extiende a todo el poema. En el caso del huayno que analizaremos encontramos que se divide en tres estrofas la primera y la tercera organizan el paralelismo, pues se refieren a un sujeto y un objeto que son materia de un desprecio grosero: Soldado – rifle/ Salinero – revólver. La estructura es paralela, pues se trata de conceptos o agentes que pertenecen al mismo campo semántico, y que, desde el imaginario indígena y mestizo permitirán la descalificación del sujeto y sus armas de fuego, el escarnio de este huayno pícaro.

La hechura de rifle se asocia a hueso de cactus, lo que explique inutilidad, los disparos no se escuchan. En el segundo, revólver, cubre el mismo campo semántico –descalificación de los objeto de amenaza-, está cargado de excremento de llama y la pólvora será “pedo de mula”. Los v. 4-10 como dijimos es un segmento intermedio. Recuerda la capacidad dialógica del texto quechua. El nuqa aparece, para dirigir al otro como wayki-y (hermano), recuerda- en actitud dialógica- al escucha, que no es rifle, que es “alma rurullansi” (fruto de su alma) en referencia al soldado, por ello inútil (“tok’ro tok’ro kask’a.”).

Este huayno empieza con un enunciado poético que organiza el paralelismo discursivo: "Soldaduchapa riflink’a” en la tercera estrofa, “Salineropa revolverchank’a”. Define la temática al incidir en el objeto que posee el sujeto (“soldadu-chapa”) del enunciado (“rifli-nk’a”), que en el v. 11 replica, como par, al arma (“revolver-chank’a”) del “salinero-pa”. Sobre ambas armas de fuego el hablante del poema hará escarnio en el sentido de los dicterios quechuas.

Si en los v.1-6, el rifle del soldadito, está hecho de tok’ro-mantas (“hueso de cactus”). La sucesión de esta descripción termina por hacer versión paródica de las armas de fuego, cuyo sentido se extiende por la elección de un conector consecutivo: “chaysi , chaysi”, el narrador transcribe que “tokya-n” (~t’oha-y. reventar, detonar), será un sonido inútil: “yank’a yank’a”. Hay que advertir la construcción de los v. 3-4 y 5-6 intensifica por la repetición de los mismo versos. La estructura paralela continúa en el mismo sentido, aunque el dicterio tendrá eficacia sarcástica. Observemos los versos 11 – 16. Se refiere a la carga del arma y a lo que produce el disparo de la misma; las balas están cargadas por “llama aka-wansi” (con excremento de llama dice) y la pólvora (de las balas) será “asnay asnay supi-n” (“pestilente pestilente pedo”) de mula.

El esquema del poema sería el siguiente:

Rifli- > “tok’ro-” => “yank’a yank’a tok’yan”
Revolver- > "llama aka” => “asnay asnay supi-n”

Si bien ambos identifica lo objetos sobre los cuales se hará escarnio, hay diferencia que describe a la vez la densidad de la responsabilidad: no es el soldado, sino el soldadito, está indicado en el uso del diminutivo –cha- (“soldadu-cha-pa”) que no será utilizado para salinero. En cambio el objeto sí, el diminutivo –cha ha sido trasladado al objeto, no al sujeto, sería revolvercito-de “revolver-cha-nk’a.

De esta suerte, tenemos que las canciones quechuas se reservan a su vez esa capacidad para trasladar problemas sociales –huaynos pícaros- cuyos tejido resultan mordaces escarnios y que Arguedas, los incluye en sus narrativa como un elemento que pone en cuestión a la novela occidental, precisamente, por esas canciones “Parecía(n) que molían las palabras del huayno.”.

Referencias:


Arguedas, José María. (1958) Los ríos profundo. Lima: Ed. Horizonte, 1983, t. III.


Avances de investigación:
Ñuqanchispa takikuna, nuestros cantos, características operativas de la poesía quechua oral, proyecto 2011 auspiciado por la UNMSM/FLCH-IIH (1103032919).

Citar como:
Espino Relucé, Gonzalo. “Paralelismo en un huayno pícaro José María Arguedas” en La alforja de Chuque 16 de octubre 2011.

Foto tomada de:

1 comentario:

Unknown dijo...

Interesante! creo que dentro de las canciones quechua que Arguedas incluyó existe una protesta social, lo que le permite al escritor tener una ventaja de persuasión.