Diómedes Morales Salazar: poeta obrero



Reescribo mi nota. Esta mañana (22.1) asaltaron en casa y se llevaron la  minicomputadora  que me acompañaba en mis trabajos. Olvidé, como un verdadero tonto, que aquí en Roma, Tulape, también hay delincuentes. En fin. Se fueron todos mis escritos, los archivos del valle Chicama y lo todo lo referido a la Antología de la Poesía de La Libertad. Pero tenemos que continuar, ya.

Poeta proletario
La vida del poeta se confunde con su poesía. Pertenece a la estirpe de poetas como Leoncio Bueno, lo asocio a la poesía popular que realizan vates como Teodoro Casaux, Rogelio Gallardo Bocanegra, Antonio Escobar y José Pajuelo Pinedo. Núcleo de rendida vocación realista y cuyo  discurso aparece como protesta, urgidos de la retratar el momento; en ellos, hay una tendencia a las formas populares, que convierten  a la poesía en sabiduría de artesano que hace filigranas con las palabras.
La reflexión del espacio poético liberteño demanda preguntarnos -lo pongo solo a nivel de enunciado-, por ejemplo, qué ocurre cuando los poetas más representativos de la región no necesariamente son nacidos en ella (Marco Antonio Corcuera) o a la inversa, qué sucede con poetas, que nacidos en la región, aparecen con una representación en espacio literario alejado de la región (José Watanabe). En buena cuenta, se trata del epísteme con que leemos la poesía que se produce en el Perú, de allí la pertinencia de imaginar categorías que la expliquen y al mismo tiempo revisar las tensiones centro/ periferia, ciudad letrada / aldea letrada, escritura y voz-escritura, lengua dominante y lengua originaria, entre lengua culta y presencia de forma ancestro-populares, amén de los circuitos de producción de las mismas, etc. Así, retornando, la referencia a un lugar de nacimiento no parece ser un necesario expediente para determinar el desarrollo de la poesía de una región.
Morales Salazar nació en Contumazá (1956) es reconocido como poeta liberteño. Su imagen está más ligada a Trujillo, que a su tierra natal. En alguna oportunidad sus paisanos le han preguntado como así resulta siendo un poeta trujillano.  Uno podría asumir con cierta ligereza que el alma  del poeta trae el humus de su tierra, o que esta se hace de cara a los contextos que vive, el asunto es más complejo de lo que parece (vivencias, cotidianidad, (des)amores, recuerdos, itinerarios, lecturas, interpolaciones, etc.)
De familia modesta, pasó por las aulas de la escuela fiscal de Contumazá, zurdo por convicción. Es señalado por el rayo. Allí empieza descubrir la magia de palabra que cuenta y canta en boca de su madre. Le nace el gusto por la música y las canciones. Y en algún momento descubre que es importante escribir. A los doces años abandona  su pueblo, con su familia baja a Trujillo, van a vivir en los márgenes de la ciudad, al igual que muchos migrantes, estudia en El Porvenir y sabe que será escritor. Pero había que conseguir el pan para la belleza, desde entonces, en la secundaria estudia y trabaja. Se vuelve autodidacta. Nuestro escritor proletario desarrolla diversos trabajos, descubre que una de las formas como podría acceder a la escritura es la lectura, se vuelve ambulante, vende libros y folletos en el tiempo que las librerías entran en crisis.
De Nuevo Amanecer a Greda
Sus inicios literarios están asociados a la existencia de un núcleo de poetas jóvenes que impacta a la ciudad de Trujillo, encabezados de manera especial por Bethoven Medina. La escena le es propicia tanto La Industria, El Satélite como El Norte ofrecen sus espacios a los noveles escritores. Es Eduardo Quiroz uno de los periodista que alienta a toda esta generación.
En julio de 1976 se forma el grupo Nuevo Amanecer, los mueve todavía la idea de hacer poesía, mejor dicho buena poesía: Bethoven Medina, Diómedes Morales, Franco Chico, Manuel Alfaro, posteriormente José Pinedo Pajuelo pertenecen al grupo. Ya para entonces existe el Frente de Escritores de la Libertad. Papel de Viento, aparece como una opción poética que anima Alejandro Benavides.
Si Nuevo Amanecer es una promesa poética, los núcleos que se formarán luego tienen que ver con  la vida política caracterizada por su distanciamiento con el Apra y por su cercanía y militancia en varios casos con la izquierda peruana. En ese contexto se forma el Circulo César Vallejo (1978), aparece como agrupación cerrada, los une la militancia. El carácter cerrado y las crisis de la izquierda, da pie a un nuevo núcleo, que es el que ha perdurado, se trata de Grupo Literario Greda que se funda el 18 de Octubre de 1983, participan de este proyecto Erasmo Alayo Paredes (+), Gustavo Rojas Vela, Teobaldo Sánchez Vásquez, Ángel Gavidia Ruíz, Camilo Gil García, César Sabana Vera, Lizardo Cruzado y Diómedes Morales, todos ellos con una obra importante.
Esta trayectoria nos revela simplemente la ruta de un poeta persistente. Si Nuevo Amanecer aparece ligado a sus inicios y su inserción en el mundo de la literatura trujillana, las siguientes experiencias tiene que ver con su vocación izquierdista y por ello mismo con la manera como percibe la literatura.


Carné poético
Su producción poética está dispersa en varias ediciones periódicas y plaquetas. Su imagen es la del poeta que ha migrado al cuento y es también estudioso de la literatura  y cultura regional. Ha publicado dos breves poemarios: No intenten sobajarme con quizás (1981)  y Perdurancias (1996). Su poesía es de contenido social; la materia de su palabra se refiere a la coyuntura. Entre su primer libro y el segundo, encontramos una ampliación temática, la abstracción o la palabra amoroso que invade su poesía. Pero en ambos caso, no renuncia a una poesía definida como social, directa, sin artilugios; la claridad y la contundencia parte del estilo que asume su poesía. Una poesía que testimonia su tiempo; social, sí, pero también expresa “las vivencias que uno tiene” y que, en varios momentos, alcanza un tono andino.
La protesta está concebida como ejercicio de representación. El poeta se instala como representante del pueblo. La elección de la palabra poética tiene que ver con estilos populares, de allí la utilización de un recurso léxico que hace suya la claridad. La utilización del verso libre no escapa a un aprendizaje popular (uso del verso medido). Esto se lee en la forma como marca el ritmo en sus versos: “Volveremos otra vez no lo duden/ No es la primera / Ni aun será la última vez” (“Poema”); acompañado por la exploración semántica de la  palabra elegida (“soledad”, “barre(ndero)”, etc.) o la repetición de segmentos de palabras (“La celda es fría dura y triste”).

Un poema: Barrendero
Barrendero del dolor
no barras por barrer.
Si barres barre bien
barrendero del dolor.

El sudor es el principio
del esfuerzo comunal
barrendero del dolor
tienes que apurar

Enfermo y conmovido
descontento por el mal
batallar y batallar
es mi sino hasta curar.

Barrendero del dolor
un bien es lo bien hecho
y dicho y hecho es la dicha

y por la dicha que queremos
barrendero del dolor
dicho y hecho que lo haremos

“Barrendero” tiene una estructura de anclaje popular, se trata versos de arte menor. La presencia de las vocales fuertes, hace del poema una pieza de juglar que canta; condición que se apoya en la ampliación semántica que encuentro en sus poemas. Si  la palabra “barrendero” inmediatamente remite a un sujeto modesto, esta misma lo localiza en los márgenes de lo laboral y cuya acción notifica limpieza. Situación que reivindica, precisamente como acto de purificación social. Si el poeta artesano, apela a barrendero, lo hace para establecer un juego que tiene que ver con su uso nominal y su posición verbal que enriquece la acción que se comunica como veremos. Asunto se lee por momentos como carnavalesco, de aprendizaje popular –insisto- como ocurre en “bien” y “claro”: “un bien es lo bien hecho / y dicho y hecho es la dicha”. 
Si el poema a nivel de superficie aparece como simple y del dominio popular, el yo poético nos ofrece una lectura que sitúa al dolor y la realidad como opuesta a la realización no solo al yo, sino del colectivo: “y por la dicha que queremos/ barrendero del dolor /dicho y hecho que lo haremos”. Será artesano de la palabra, de una palabra comprometida con el nosotros, con lo colectivo, su ser de la poesía, de la poesía misma, de un obrero de la palabra.

Referencias:
Morales Salazar, Diómedes. Perdurancias. Tujillo: Greda editores, 1996.
Poemas de Diómedes Morales Salazar en

En la foto: Bethoven Medina Sánchez, Alejandro Benavides, José Pinedo Pajuelo, Esteban Quiroz, Gonzalo Espino y Diomedes Morales. En Mixtura, café bar, Trujillo (18-01-2012)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Diómedes Morales Salazar, es uno de los hijos predilectos de nuestro querido Contumazá y es una de las personas con más apego al mundo de la poesía, tanto escribiendo como haciendo posible que otros lo hagan sin poses ni envidia. Por esas y otras aristas es un contumacino valioso, para quien sólo tengo palabras de reconocimiento y gratitud.

Un eterno abrazo para mi hermano Diómedes

Eliseo León Pretell
*Poeta peruano
“Ciudad Satelital”
Houston Texas, EE. UU.