La sencillez irrepetible de la poesía de Manuel Ibáñez Rosazza, por Gonzalo Espino Relucé




(Parte de la conferencia Fronteras, literaturas regionales: la poesía de Manuel Ibáñez Rosazza, en el XI Encuentro Nacional de Escritores Manuel Jesús Baquerizo, organizado por el Gremio de Escritores del Perú, Cajamarca, del 14 al 17 noviembre 2012)


Nacido en Lima (1940-1990), José Watanabe escribe que Manuel Ibáñez Rosazza “En las escasas cinco décadas que vivió, a través de la poesía y de sus actos cotidianos, estuvo ligados a Trujillo y, de manera especial, a Cajamarca, ciudad en la que vivió desde 1972 y que cautivó su corazón.” (vii).  Pertenece al grupo Trilce, uno de los núcleo más significativo que aparece en la escena cultural en 1958.  Su poesía está caracterizada por la intensidad de una palabra sencilla cuya donaire está en la forma como los sonidos organizan su poética.  Su primer libro  muestra ya una de sus característica que tiene que ver con la consistencia armoniosa de una poesía  hecha de sonidos como el viento; se trata de Cotidiano es el viento (1963). Su poética tiene una característica esencial: su preocupación por lo sencillo y la dimensión de una reflexión existencial presente en toda su poética, que va acompaña por ciertos rasgo de ironía y formalmente con conocimiento de las formas poéticas y la utilización de diferentes versos, que van del verso de arte menos, heptasílabos a versos de arte mayor, como el escurridizo alejandrino, y a los que serán los versículos y verso libre. No es un poeta que se encasilla en una sola forma, prefiere la diversidad de formas. Si nos atenemos a grueso de su obra podríamos hablar de dos momentos que están caracterizados por el locus de enunciación. Y  cuyo ciclo iría de la aventura y consolidación de poéticas de grupo Trilce, a la madurez y sencillez de la palabra en los andes de Cajamarca. La publicación de Poesía reunida si bien se trata de la compilación más completa de su obra poética, no nos permite, por el descuido de sus editores saber exactamente la procedencia de los poemas, sobre todo aquellos que tienen son considerados póstumos, por lo que hoy por, solo enunciamos groso modo lo que nos interesa situar 1) entre 1958 y la publicación de La nueva emoción; y, 2) entre Herramentario y los poemarios publicados y escritos en el locus cajamarquino.
En este primer ciclo encontramos poemas de una sencillez y musicalidad embargante. Aquí lo que interesa, seguramente es la coincidencia, cuando menos en su primer libro, entre el viento y la palabra poética como artefacto sonoro y armonioso.  Pero lo deslumbra de este momento es su poemario La ciudad otra vez (1966), no es exactamente la visión urbana de las luces de neón que fascinaría a los poetas de los 70, es más bien esa ciudad que acorrala y acoraza, y en la que aparece a flor de piel una sensibilidad que da cuenta de cualquier espacio, escena o artefacto de la urbe con sentido íntimo y al mismo tiempo observamos dos elementos propios de la poesía de Ibáñez Rosazza, su tono existencial (“Banca”, “Pieza con vista a la calle”) y su sarcasmo (pienso en “Calle anónima”, “Estatua”). Imagen desencantada de la ciudad, su artificio de orfebre donde no cesa en el experimentalismo en hacer poético, leamos el poema  que lleva el título el libro:
La ciudad otra vez

Esta es la ciudad en donde vio,
esta es la ciudad
en donde vivimos.

A ella se llega
como a un rumor de cosas pasadas y perdidas,
de ella se sale
haciéndola pequeña en la nostalgia.

A  un extremo la casa, la plazuela
a una vuelta de esquina
mi infancia que regresa.

Hay un sitio también
en donde para siempre
reposan nuestros muertos.

Ah, los barrios, los postes, las vidrieras,
los retaurantes ínfimos,
los días,
las bocas,
estos versos,

el sol que sale para todos.

El segundo ciclo de su poesía formalmente caracterizado por la profundización de lo que Watanabe encuentra con realización temprana en Manuel Ibáñez, esto es “La difícil sencillez, en general, se adquiere con los años” (2001: X). Este momento coincide con una suerte de inventario de espacios, colores, olores, sabores que rodean el locus de enunciación, sin que desde esta se obvie una percepción crítica de la situación social o una relectura de la historia, en especial de la situación de conquista.  Herramentario & otros artefactos (1976), Flores de Cajamarca (1986) y Sonetos sobre la mesa (1988) son títulos que ubican y definen la poesía de Ibáñez Rosazza como uno de nuestro grandes poetas. El poema esboza su mejor artefacto poético, la poesía tiene sentido acaso si testimonia la sencillez que rodea al sujeto humano.  No solo son las herramientas, sino flores, aves, lugares, comidas, etc. que el poeta asume como desafío poético, sobre todo, si se trata de un viejo odre como el soneto, del que solo hay palabra poética. Leamos el siguiente texto:

Contraste

En esto de comer o estar ayuno
hay un espectro de espinas a manjares.
Diverso fiambre se va a los paladares
no hay cocina igual, en grado alguno.

Hay ricos platos aypas para unos,
para otros caldos chullas populares.
Pavo al horno o fideos con pesares,
afrecho lambac o banquete oportuno.

Lechón asado o un solo grano oscuro,
una agua sosa o tibia leche blanca,
gordas morcillas o sólo un pan duro.

Tenedor de oro o una cuchara manca,
la angustia en la olla o el pastel seguro.
Para unos, choclos. Y, para otros, panca.


Libro sorprendente, apegado a la sencillez de la vida, las herramientas son las que desfilan en su poesía: El herramentario y otros artefactos (1976).  Si algún rasgos que definen a una herramienta, el poema interpela al lector respecto a usuario y en medio de ello, su relación con situación, que puede ser el ámbito individual o una situación colectiva, por ello social, cuya sencillez, al final, se convierte en caustico. El libro, como ha escrito Bethoven Medida  es preciso en la descripción, nos recuerda que el desfile se organiza de manera alfabética.

Escobilla

Servicial
Sancho
que saca la mancha
al Quijote
en un lugar
que si me acuerdo.

Sobrina de la escoba
nieta del escobillón

escobilla
escotilla
escotina
escofina
escofida
escogida
escondida
escombrera
es coactiva
es cobija
es cohesiva
es cohibida
es colgada
es colectiva
es colmada
es colocada.

Confidente
de los lustrabotas,
valorosa y valiosa
siempre llena de cerdas,
escombros,
escorias
escozores
y olvidos.

Ensuciándonos
nosotros
la cáscara
por quítame estas pajas,
guardándonos
de polvo
se convierte en polvo
todos los días.

Sin pelos
en la lengua
limpia
al impío.


Artífice y poeta. No solo dice y hay una sensibilidad poética que nos envuelve. Hay distinguir en su poesía el uso de formas retóricas y clásicas que aparecen remozadas y nuevas, y en los casos que aparece como versos libres, no es un incidente sino la feliz comunión entre forma y expresión. Esto sin duda hace que su poesía sea atractiva. Desde sus primeros libros hasta los poemas que se publicaron como póstumos, vemos el uso del verso breve que capta y contiene la emoción como pintura emotiva y el uso versículo como dominio poético del discurso:

¿DE QUÉ PARAJE HABÍA LLEGADO A CONFUNDIR SU ROSTRO
CON EL MAR, LOS MÉDANOS Y EL VIGOR DE LOS PELÍCANOS?
¿Por qué  caminos sus brazos trajeron tierra fértil metales, hilados, semillas, carrizos, turquesas, cuyes, jarras?

Y  si salió de este sitio,
¿de qué ausente volcán obtuvo el fuego de su mirada,
el poder de sus dedos, la lumbre de sus aretes y collares?
¿Cómo su pecho contuvo el mar en abrazo de molusco?
[…]

Canto entonces la nueva emoción que debe sentir
el hombre de mi región y de todo el mundo, por último,
cuando por sobre la historia ansiando ser más hombre,
Se despierta con vida cada mañana. 
                              (La nueva emoción, 1974)

Una poesía caracterizada por el dominio del verso, con transparencia, claridad y capaz de conectar desde la ternura con los grandes tema universales de la poesía.  Poeta entonces, de Cajamarca, de La Libertad, del Norte, del mundo.

Referencias:
Ibáñez Rosazza, Manuel. El herramentario & otros artefactos. Trujillo: Papel de Viento Editores, 2009 (Pequeña Biblioteca de Literatura Regional, vol. 13).
------. Poesía reunida.  Prólogo de José Watanabe. Lima: Antares editores, 2001
Watanabe, José. “Vida y poesía de Manuel Ibáñez Rosazza” en Poesía reunida, Manuel Ibáñez Rosazza. Lima: Antares editores, 2001; pp. VI-XXIV.

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